La activista Nina Gualinga explica cómo las mujeres indígenas protegen el Amazonas

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© Alice Aedy

VOGUE
Nina Gualinga
Redactado por Emily Chan.

La activista ambiental de Sarayaku, Ecuador, explica cómo las mujeres indígenas están combatiendo varias amenazas a sus comunidades como parte del colectivo Mujeres Amazónicas

Nina Gualinga comprendió la amenaza a su comunidad, el pueblo indígena Kichwa de Sarayaku, en el Amazonas ecuatoriano, desde que era niña, cuando una compañía petrolera invadió sus tierras contra su voluntad. Desde entonces, ha sido una voz prominente en el movimiento ambiental, con campañas contra la industria petrolera, minera y maderera, y hablando siempre sobre el cambio climático.

Durante los últimos años, esta activista de 27 años ha tenido un papel importante en Mujeres Amazónicas, un movimiento conformado por mujeres de seis naciones indígenas (Kichwa, Shuar, Achuar, Shiwiar, Sápara y Waorani). Aquí, Gualinga nos explica con sus propias palabras por qué las mujeres del Amazonas ecuatoriano se están uniendo para enfrentar las amenazas que sufren, desde la explotación petrolera y el cambio climático hasta la violencia de género.

Mujeres Amazónicas es un colectivo de mujeres indígenas de seis naciones – Kichwa, Shuar, Achua, Shiwiar, Sapara y Waorani – que luchan contra la violencia de género y por la protección de la Amazonía de las industrias extractivas. © Alice Aedy

‘Mucho antes de que fuera consciente siquiera del cambio climático, cuando era niña, sentí el impacto de la industria petrolera aquí, en la comunidad de Sarayaku. Cuando tenía unos ocho años, una compañía petrolera argentina invadió nuestra comunidad aunque ya hubiéramos dejado muy claro que no queríamos que se extrajera petróleo en nuestro territorio. En ese entonces, éramos una comunidad muy pequeña en medio de la Amazonía; supongo que la compañía petrolera pensó que ésta era otra comunidad que podían aplastar y destruir.

Mi gente se defendió con fuerza aquí y en los tribunales, porque la constitución ecuatoriana reconoce los derechos de los pueblos indígenas y nuestro territorio. Fueron tiempos intensos. Por suerte, tuvimos éxito, pero se requirió una batalla de diez años en la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) para que se reconocieran los abusos.

Aunque mi participación en el movimiento ambiental fuera originalmente por mi propio futuro y el derecho a la vida y a la tierra de mi comunidad, no tardé en darme cuenta de que lo que estaba pasando en mi comunidad no sólo sucedía aquí. No era un caso aislado: estaba ocurriendo en muchas comunidades en toda la Amazonía y otras partes del mundo.

Las mismas industrias que están destruyendo las tierras de los pueblos indígenas y afectando todos los aspectos de nuestras vidas están profundizando el cambio climático y causando problemas enormes.’

Nina aplica wituk jawirina (pintura tradicional) en su casa en Sarayaku, territorio Kichwa en la Amazonía ecuatoriana, en preparación para una reunión de mujeres indígenas. © Alice Aedy

Las mujeres indígenas luchan por proteger el bosque tropical

El movimiento Mujeres Amazónicas inició en 2013 como una respuesta a las concesiones petroleras que estaba otorgando el gobierno de Ecuador; eran permisos para explorar ciertas áreas y extraer petróleo de ellas. Eso afectó a seis naciones de la Amazonía ecuatoriana: los Kichwa, los Shuar, los Achuar, los Shiwiar, los Sáparas y los Waorani. Organizamos una marcha hacia la capital, Quito, para protestar y atraer la atención hacia nuestros problemas.

Desde entonces nos hemos apoyado entre nosotras. Muchas de las mujeres son dirigentes en sus comunidades o líderes de organizaciones en la Amazonía. Somos una mezcla de mujeres de todas las edades y trasfondos que nos unimos porque nos preocupa lo que está pasando con nuestros territorios y con el futuro de nuestros hijos.

Nuestra labor principal es abordar los efectos del extractivismo, ya se trate de extracción petrolera, minería, deforestación, violación de derechos colectivos indígenas, violencia de género o cambio climático. Últimamente nos hemos enfocado mucho en violencia de género, porque las industrias que causan el cambio climático también contribuyen a que aumente la violencia contra las mujeres en los territorios en los que operan.

Nina Gualinga le corta el pelo a su madre, Noemi. Ambas mujeres son miembros del colectivo de mujeres indígenas Mujeres Amazónicas, en su comunidad de Sarayaku en la Amazonía ecuatoriana. © Alice Aedy

El movimiento se ha convertido en un espacio seguro para las mujeres indígenas, porque no es fácil ser indígena y mujer y además estar luchando contra las industrias extractivistas. Es riesgoso, y lo hemos visto. Por ejemplo, en 2018, Mujeres Amazónicas organizó un evento enorme con quinientas mujeres indígenas y creamos un mandato con 22 demandas sobre derechos de tierra, violencia de género y cambio climático. Después de protestar una semana afuera del palacio presidencial, le entregamos el documento al presidente de Ecuador. Pero después de eso, amenazaron y atacaron a varias mujeres indígenas por haber alzado la voz.

Poder apoyarnos como mujeres y hermanas, en un nivel más personal, ha sido muy importante para nosotras. La labor que estaba haciendo antes, que era extrictamente ambiental, ahora incluye sororidad, sanación, inclusión, amor… eso para mí es hermoso. Esta red de mujeres indígenas haciendo la misma labor ha sido muy empoderadora.’

Hacer que se oigan las voces de las mujeres indígenas

‘Las mujeres indígenas siempre hemos tenido un papel muy importante en la familia y en el interior de nuestras comunidades, pero hasta hace poco no éramos muy visibles. Históricamente, muchos de nuestros encuentros con gente ajena a nuestras comunidades eran con hombres que querían hablar con otros hombres.

Pero en nuestra cosmovisión, las mujeres tenemos una conexión especial con la Tierra; creo que se nota en la labor que hacemos. Las mujeres indígenas tenemos mucho conocimiento que se ha transmitido de generación en generación: normalmente, las mujeres de la comunidad somos quienes cuidan de los hijos y quienes crían a la siguiente generación. También sabemos que las mujeres y las niñas son afectadas desproporcionalmente por el cambio climático. Ser indígena, mujer y defensora de la tierra significa que estás expuesta a varias formas de violencia.

Nosotras somos esenciales para proteger la Amazonía y a nuestras comunidades: se tienen que oír nuestras voces.’

Lineth Calapucha, 36, de Shiwakucha, vicepresidenta de la nación Kichwa de Pastaza, Ecuador, y miembro de Mujeres Amazónicas con su bebé de cuatro meses. © Alice Aedy

Cómo ayudar

Puedes descubrir más cosas sobre la labor de Nina Gualinga y Mujeres Amazónicas en su cuenta de Instagram: @MujeresAmazonicas

También puedes donar al Fondo Legal para Mujeres Indígenas, que está ayudando a las mujeres indígenas de la Amazonía ecuatoriana a pagar tarifas legales en su lucha por la justicia.

Redactado por Emily Chan.

Tomado de: https://www.vogue.mx/sustentabilidad/articulo/nina-gualinga-sobre-la-lucha-por-el-amazonas-y-el-colectivo-mujeres-amazonicas

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